Lectura obligatoria y comentario del siguiente texto en el que Roger Chartier y Guglielmo Cavallo revisan la idea de revolución de la imprenta de Eisenstein:
"Revoluciones. Los cambios en la materialidad del libro y en las formas de lectura antes de la llegada de la imprenta"
La primera transformación que afectó a las prácticas de lectura en la Edad Moderna fue meramente técnica: revolucionó desde mediados del siglo XV los modos de reproducción de los textos y de elaboración del libro. Con el tipo móvil y la prensa de imprimir, la copia manuscrita dejó de ser el único recurso disponible para asegurarse la multiplicación y circulación de los textos […].
[Pero] ¿cabe, por consiguiente, considerar que la invención y difusión de la imprenta entrañaron en sí una revolución fundamental de la lectura? Posiblemente no, y por varias razones. En primer lugar, resulta evidente que, en sus estructuras esenciales, el libro no se vio trastornado por las nuevas técnicas. Hasta por lo menos los comienzos del siglo XVI, el libro impreso siguió dependiendo del manuscrito, cuyas características de compaginación, tipo de letra y apariencia imitaba […].
La invención de la imprenta [tampoco] ejerció una influencia decisiva en el largo proceso que hizo pasar un número creciente de lectores de una lectura necesariamente oralizada, indispensable para la comprensión del sentido, a una lectura posiblemente silenciosa y visual. […] Si bien ya en la Antigüedad clásica griega y
romana coexistían ambas modalidades, fue durante una larga Edad Media cuando la posibilidad de leer en silencio, reservada en un principio a los ámbitos de los escribas monásticos, se fue extendiendo a los círculos universitarios antes de convertirse, en los siglos XIV y XV, en una práctica común entre las elites seglares y doctas. Esa trayectoria prosiguió después de Gutenberg, inculcando de modo progresivo entre los
lectores más populares una manera de leer que no suponía ya la oralización. Una prueba a contrario viene dada por la situación de las sociedades occidentales de entonces, donde la categoría de analfabetismo no sólo designaba a la parte de la población que era totalmente analfabeta, sino de manera más amplia a los lectores todavía abundantes que no podían entender un texto más que leyéndolo en voz alta.
Guglielmo Cavallo y Roger Chartier (Eds.) A History of Reading in the West. Amherst: University of Massachusetts Press, 2003, [ed. cast.: Historia de la lectura en el mundo occidental, Madrid, Taurus, 2011, pp. 37-39].
Preguntas/cuestiones para abordar las siguientes claves de análisis:
- ¿Qué cambios en profundidad se habrían producido durante la Baja Edad Media, antes de la invención de Gutenberg?
- ¿De qué modo los cambios en los usos de los medios podrían afectar al plano de las técnicas mediáticas?
- Ante el ejemplo de las tecnologías digitales actuales: ¿cabe considerar que éstas han generado nuevas formas de uso, y que han afectado al plano de la cultura? ¿Cómo pueden trasladarse al escenario digital las reflexiones de Chartier y Cavallo?